Más de un español de cada dos consume homeopatía en España. ¿Pero qué contienen estos millones de cajas de gránulos, jarabes y sobres vendidos a cada año? ¿Son plantas? ¿Productos químicos? ¿Algo en absoluto? De hecho, es un poco de todas esas cosas.
En primer lugar, la homeopatía no debe confundirse con la fitoterapia, la medicina a base de hierbas. Mientras que algunos productos homeopáticos están hechos de plantas, muchos están hechos sólo de minerales, extractos de animales o productos químicos.
El principio de la homeopatía
Tanto si se trata de una enfermedad temporal menor como de una enfermedad crónica, el problema se trata con una o más sustancias, de origen vegetal, mineral o animal, que son a su vez susceptibles de desencadenar la enfermedad.
La particularidad de la homeopatía reside en la preparación de sus remedios. Los remedios homeopáticos se preparan a partir de una tintura que se diluye varias veces para ser utilizada en dosis infinitamente pequeñas. En cada dilución, la tintura se dinamiza, es decir, se agita cien veces, según una técnica precisa.
¿Cómo se seleccionan los productos homeopáticos?
De acuerdo con los síntomas que dan. Porque la homeopatía es originalmente una teoría que postula que uno debe curar el mal con el mal. El médico fundador de esta práctica, si ciertas plantas dan los síntomas de una enfermedad a pacientes sanos, también deben poder tratar a aquellos que tienen estos mismos síntomas debido a una enfermedad real.
Pero para evitar que sean realmente perjudiciales para los pacientes, Samuel Hahnemann decidió diluir sus preparados. Para que sigan siendo eficaces, supone que estos preparados deben ser “energizados”, es decir, sacudidos.
Hoy en día, este proceso de fabricación sigue vigente. Para hacer homeopatía, se debe diluir y dinamizar una “tintura madre”, es decir, un preparado a base de plantas, extractos animales o productos químicos.
Condiciones para ser autorizado para vender productos homeopáticos
A pesar de esta ausencia de sustancia activa, algunos productos homeopáticos son llamados “medicamentos” por el Código de Salud Pública. Medicamentos que tienen un estatus específico. Esto se debe a que no requieren una autorización de comercialización, sino sólo un registro.
Para ser registrado, deben cumplirse tres condiciones: que el medicamento se tome por vía oral”, que no tenga una indicación terapéutica particular en la etiqueta” y que exista un grado de dilución que garantice su seguridad”. Hoy en día, en Francia, ciertos medicamentos homeopáticos son reembolsados por la Seguridad Social a un ritmo del 30%.